Sigue mis pasos, al final de ellos encontrarás la felicidad.


jueves, 26 de diciembre de 2013

Confusión.

Es un momento de confusión. Quieres algo valioso que sabes que probablemente nunca conseguirás. Y de repente, ves algo con el mismo valor pero más difícil de conseguir aún. Y eso es lo que pasa. Quiero a una persona y todo es imposible, pero empiezo a querer a otra y la cosa está más negra todavía.
¿Sabéis lo que es querer a alguien tanto que llegas a sentir que te duele el alma? Ella no sabe que cada vez que la veo reír me crea una montaña rusa de hormigueos en el estómago, siento que el corazón me late más fuerte y noto cómo mis mejillas enrojecen con el calor de mi cuerpo. Ni que su mirada me atrapa y dos mil nueve sentimientos invaden mi mente. Tampoco sabe que cuando pasa por mi lado mis nervios aumentan, y dudo que se haya dado cuenta de la sonrisa de gilipollas que me sale cada vez que pronuncia mi nombre. Únicamente sabe que la quiero, pero no sabe cuánto.
Rozar esa sonrisa con mis labios, acariciar ese pelo que tanto le gusta, compartir mis peores y mejores momentos con ella, saber que no somos dos, sino que somos dos en una... Estos son los sueños que nunca cumpliré y seguramente quiera durante mucho tiempo. Entonces, ¿qué hacer? ¿Cómo evitar este bombardeo de sentimientos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario