Un día cualquiera: te levantas de la cama, miras el despertador, desayunas, te vistes, caminas hacia la escuela... Llegas a casa agotado, de estar todo el día sentado en esas sillas de madera tan incómodas. Después, puede que descanses, o directamente te pones a hacer la tarea. Y este es un día como antes he dicho, cualquiera; en el que después ceno y me voy a la cama.
Pero quiero que sepas, que existen días especiales que no sean sábados, ni domingos, ni festivos. Esos días son, en los que apareces tú de por medio.
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