Sigue mis pasos, al final de ellos encontrarás la felicidad.


viernes, 4 de noviembre de 2011

Que las palabras, se las lleva el aire...


Que ahora tú, puedes decir misa; ya no te creo. Esto no es como un cuento de esos en los que resulta que al final todo era verdad y nadie te creía, no. Esto es como un cuento sin fin, no tiene verdades. Prometes cosas, y las palabras se las lleva el aire. Dices mucho, pero ese mucho se convierte en poco. Al final, no sé, siempre te llevas la contraria a tí mismo en todo. Si dices hola, en realidad tienes que decir adiós; si dices te quiero, en realidad tienes que decir te odio. Tus palabras, SIEMPRE se las lleva el aire, pero ese aire nunca vuelve; y al final, NADIE te cree.

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